miércoles, 26 de octubre de 2011

. Despiertenme cuando pase el tembloR .

Dudas, incertidumbres, inseguridad, miedo.

Todo eso. Todo ese atardecer.

Es como ese temblor que deja todo paralizado, que endurece el cuerpo, que aquieta la vida.

Es mirar el amarillo, el violeta, el naranja, el rosa... es mirar ese cielo y pensar en donde estarán todos. Pensar en algo mas allá, donde esta el cielo, donde están los colores.
Y en el tiempo, que avanza velozmente, nos esta comiendo el cerebro, nos acelera las ideas, nos impulsa a lo nuevo.

Ese motor que nos esta intranquilizando, nos esta impulsando a hacerlo, a cambiar.

Aceptar. Es el presente, es el cambio. Es no tener miedo a dejar todo atrás, a volver a empezar.
Es confiar en todo lo que hacemos, en cada pincelada, en cada color que creo. Es mirarlo y subirme al submarino, dejando suspendida la imaginación, sintiendo solo el deseo. El deseo de estallar, de estallar en mil estrellas que den luz, que iluminen todo el camino.

Reacomodar el alma, dejar volar el aliento, la voluntad de todo lo que imaginamos, todo eso que podemos concretar.
Todo eso que somos y esta mucho mas allá, de lo que vemos, de lo que parecemos percibir. Ahí esta el amor, y todo lo escencial, ahí esta el mirándome, diciendome..
Aprende! la vida es otra cosa.




Entiendo perfectamente.

No importa donde estemos.

Lo que importa es el amor.

Hacia todo lo que hacemos.

El amor.



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