Cuanto mas lo rechazaba el cuerpo, mas
nostálgico y dolido se
volvía y mas deseaba su
corazón; pero ni el cuerpo ni el
corazón de ella
querían saber una palabra de eso, los dos eran igualmente
fríos, estaban igualmente encerrados en si mismos, satisfechos y
autosuficientes.
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